Tercer Sector y Empresa. ¿Alianzas estratégicas o imprescindibles?

Artículo y vídeo de Natalia Serrano, responsable de Alianzas del Instituto InnÓrbita de la Fundación Santa María la Real. 

Hoy en día la necesidad de colaborar va más allá de una elección personal o de conveniencia. Se convierte en un elemento imprescindible en las organizaciones para sobrevivir a un mercado globalizado donde la tecnología abre el acceso al conocimiento y elimina la mayor parte de las barreras que hasta ahora parecían delimitadas. De la misma forma, los retos sociales se hacen también retos globales que requieren de la combinación de más capacidades y conocimientos, más agentes de los habituales, más sistemas de distribución y financiación, y más sistemas de creación y captura de valor.

De la colaboración a la alianza estratégica

Para hacer frente a cualquiera de los retos sociales a los que nos enfrentamos hoy se hace imprescindible la colaboración entre cuatro agentes: administración pública, empresa privada, tercer sector y ciudadanía. En concreto, la colaboración entre empresa y tercer sector, plantean aún algunos desafíos importantes. Si hasta ahora, la colaboración entre ambos se limitaba a la filantropía y/o la caridad del sector privado hacia el tercer sector, ahora parece primordial dar paso a un enfoque de alianzas estratégicas verdaderamente colaborativo basado en relaciones a largo plazo, que incidan en los problemas sociales desde una óptica de impacto social.

Desde esta perspectiva, cabe destacar algunos elementos importantes a la hora de establecer relaciones estratégicas entre el tercer sector y la empresa privada:

– Deben generar relaciones basadas en la confianza y proyectadas a largo plazo.
– Han de orientarse a objetivos comunes.
– Están enfocadas a la innovación social, en vez de la acción social.
– Se conciben como parte de la estrategia, y no como complemento a la actividad empresarial.
– Se orientan a problemas sociales, estableciendo mediciones de impacto que guíen la colaboración hacia la eficiencia, sostenibilidad y replicabilidad de los proyectos compartidos,
– Promueven cambios sociales profundos y duraderos a nivel local y global.

Más visión empresarial en el tercer sector, y más visión social en las empresas

Para conseguir este tipo de relaciones, debemos entender que somos imprescindibles entre nosotros para lograr nuestros objetivos. Las empresas necesitan, hoy más que nunca, acercarse al consumidor mediante una estrategia de gestión responsable. Para ello, precisan trabajar de la mano del tercer sector si quieren planear estrategias creíbles, que resuelvan problemas sociales reales, implicándose en su solución y comprometiéndose desde su modelo de negocio.
Del mismo modo, las entidades del tercer sector que se orientan a resolver los mismos problemas sociales, necesitarán superar la competitividad entre ellas. Y acercarse después a las empresas, con la intención de generar relaciones que no busquen solo el mecenazgo sino la puesta en marcha de proyectos compartidos. El consumidor de hoy, no quiere empresas que no estén comprometidas. Y el tercer sector no puede depender solo de la administración y la ciudadanía para enfrentar sus fines.

¿Estamos preparados para construir relaciones de colaboración estratégica?

Sería demasiado utópico pensar que este tipo alianzas siempre benefician a ambas partes. Aunque ya hemos hablado de que estas colaboraciones son una cuestión de supervivencia, llevarlas a cabo también tiene algunas consecuencias que debemos tener en cuenta como; la pérdida de la autonomía en la toma de decisiones, el tiempo y esfuerzo en la gestión de intereses divergentes, o posibles desequilibrios de poder.  Sin embargo, solo si conseguimos poner en marcha una colaboración real y profunda entre todos los agentes que tratamos de incidir en los problemas sociales, seremos capaces de crear soluciones efectivas.

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